Ciudad de México, 1961

Desde mis inicios, la búsqueda constante ha sido darle expresión a mi sentir más profundo a través de mi obra, con gestos libres, no pensados, ni planeados, para comunicar al espectador esa otra dimensión de la que estamos conformados, que lo lleve a reflexionar sobre su propia condición como Ser Humano y a conectar con su ser interior.

Mi sentido de estética se manifiesta a través del óleo, material muy flexible que me permite construir obras complejas sobre lienzos de lino. El óleo alcanza muchos matices y valores, brillos y sombras, contrastes, transparencias y lecturas distintas que enriquecen el lenguaje. Responde muy bien a la extensión de profundidad que quiero lograr para expresar lo más íntimo que reside en cada uno de nosotros, en lo más hondo del corazón.

 El expresionismo abstracto me elige a mí, me abre la puerta a una infinidad de posibilidades de expresión y, al mismo tiempo, a una cantidad infinita de interpretaciones pues cada espectador tendrá dará la suya, ya que no hay figuras reconocibles que se anclen en simbolismos.

Organizo mis lienzos con libertad entre bordados, escritos, sellos, óleo y gestos, un aparente caos que se traduce a un sentido estético acorde a mis movimientos internos. Al ejecutarlas,  experimento plenitud, armonía y felicidad, en una danza que nadie ve. Esa energía queda plasmada en el lienzo. Verlos expuestos frente a los espectadores es mi razón de pintar. Compartir. Mucho que decir, mucho que expresar.